martes, 9 de diciembre de 2014

Adiós.

Últimamente las cosas han ido a peor en general. Han ido tan mal que yo me he puesto a la defensiva para evitarme más daño y al final he acabado por hacérmelo a mí y a ella.
Cada día me odio más y no puedo luchar. No puedo luchar porque eso supondría presionarla y agobiarla y no, suficiente he hecho ya. Y me odio más... He vuelto a caer.

Esta vez he caido sin darme ni cuenta, cuando las cosas empezaron a ir mejor me sentí confiado, pero en un momento de debilidad la volví a joder una vez más, y caí, y no me di cuenta. Ese momento de debilidad me hizo volver a caer al agujero, pero no me di ni cuenta, hasta ahora, ahora que me siento encerrado y sin posibilidades de salir.
Ahora que quiero hacerme daño, destruirme, y que siento que no valgo nada. Y no puedo parar de pensarlo.
Estoy solo porque yo me lo he buscado, y en cierto modo lo prefiero así. No quiero volver a arrastrar a nadie en mi caída, y cada cual tiene sus propios problemas como para andar preocupándose de los míos.
He llegado a un punto en el que perfectamente podría darme igual todo, porque vivir así y no vivir me parece lo mismo.

Aún me sorprende lo egoísta que puedo llegar a ser.

He estado más de media hora llorando sin parar, pensando en todo el daño que la he vuelto a hacer  y en que esta vez se irá para siempre. En parte me alegro porque al fin se librará de mi toxicidad. Pero otra parte egoísta muere de rabia e impotencia, de tristeza al comprobar que nunca podrá ser, que no llegaré a merecerla, que no podré hacerla feliz, que no formaremos una familia, que no llegaré a ser feliz.
Ojalá no fuera tan egoísta y la pudiera dejar marchar sin hacerla más daño. Ojalá no hubiera llegado a este punto otra vez.
Ojalá no tuviera tantas ganas de morir, porque esto no ayuda a mejorar las cosas de ninguna manera.

Ojalá ella llegue a ser feliz y yo me muera pronto para no estropearlo.

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