miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ángel o Demonio.

-¿Ángel o Demonio?
-Vaya pregunta más absurda.- Dijo aburrido. -¿Acaso no me conoces?- Preguntó con voz furiosa, mientras sus ojos penetraban en su interlocutor.

Siempre había odiado aquella pregunta, ¡como si alguna vez hubiera hecho algo bueno en su vida! Aunque hubo un tiempo en que lo intentó.
Cuando nació era una persona normal, y siempre quiso ser un ángel, pero todas las decisiones erróneas que fue tomando en su vida le condujeron hacia el camino de los demonios. Aún cuando intentaba hacer las cosas bien la gente a su lado sufría destinos horribles. "¿Estaré predestinado a ser un demonio?" Se preguntó en más de una ocasión, hasta que acepto ese hecho como algo innegable a su propia existencia.

Continuó su camino de demonio en solitario, nadie de sus congéneres quería tener nada que ver con él, le repudiaron. Ni que decir tiene que los ángeles tampoco lo aceptaron a su lado, pues siempre que él andaba cerca algo malo acababa por pasar. Todos excepto unos pocos, que se atrevieron a conocerle a fondo, a descubrir que no era un demonio por decisión.

El día que aquél hermoso ángel reparó en su presencia y se acercó a él notó su corazón latir fuerte, más rápido de lo que lo había hecho nunca. "Debe ser un error, un ángel nunca se fijaría en un demonio como yo." Se repetía contínuamente, negándose a aceptar que aquello fuera real.

Y sin embargo lo era. Aquél ángel puro como la nieve había reparado en la presencia del demonio y quería conocerle, y aún cuando lo hizo y cosas horribles pasaron no quiso separarse de su lado.
-No eres tan malo como crees.- Le decía siempre, pero nunca hizo caso, nunca entendió porqué el ángel quería estar a su lado.

Pero un día, el poder del demonio actuó por última vez.
-¡Eres estúpida!- Gritó lleno de confusión.
Pero no hubo respuesta.
El ángel yacía tendido en el suelo, respirando a duras penas, con su luz apagada, con sus vestimentas grisáceas.
-¿¡Porqué no te vas!?- Preguntó mientras lanzaba una mesa contra la pared.
-Porque aún te quiero.- Respondió entre toses.
-¿¡Porqué!? ¿¡Acaso no ves que te estoy matando!?- Dijo mientras se acercaba amenazadoramente hacia ella.
-No eres tan malo...- Contestó antes de quedar inconsciente.

El demonio le estuvo dando vueltas a esas frases durante mucho tiempo. ¿Porqué el ángel había estado tanto tiempo a su lado aunque sufría por ello? ¿Porqué le quería? No tenía ninguna respuesta, él sólo sabía que cada día que pasaba odiaba más su naturaleza y a sí mismo. Odiaba haber dañado tanto a aquél ángel que casi dio su vida por él, hasta quedarse sin luz, hasta quedarse sin fuerza.
¿De verdad era tan bueno como decía? El demonio no pensaba para nada ser bueno, pero por una vez empezó a creerlo, al fin y al cabo, ¿qué iba a hacer un ángel tan maravilloso con semejante demonio de no ser así?

No hay comentarios:

Publicar un comentario