"El dolor merece la pena si es por algo bello."
Está siendo un fin de semana duro entre idas y venidas.
Primero ella me dijo que quería darme una oportunidad y acercarse un poco más a mí.
Luego me dijo que podía hacer lo que quisiera con quien quisiera, porque no estamos juntos, y ella obviamente haría lo mismo.
No estoy enfadado, no tengo motivos. De hecho, en cierto modo me alegro, porque ya no me sigue ciegamente como hacía antes, ahora es libre.
No, no estoy enfadado, pero sí triste. Realmente aún es bastante probable la reconciliación, pero no puedo evitar pensar que encontrará a alguien mejor y yo simplemente me iré de su vida. Me asusta que después de tanta lucha la cosa no salga bien para mí. Aunque me conformo con que salga para ella.
¿Y qué hago si me surge una oportunidad? Ya dije incluso antes de cambiar que si no era con ella no quería nada. Pero ella no está en ese plan ahora, no desde mi última gran cagada.
No me importa, puedo esperar, pero cuando me vienen mis momentos de querer sexo, me pongo triste recordando todas las cosas que dejamos a medias y que iban a ocurrir, contigo.
Me pongo triste porque veo el momento de volver contigo y todos los planes que teníamos demasiado lejos.
Decir esto no cambia nada, y tampoco espero cambiar nada. De hecho no creo que leas esto, porque sólo lo escribo para poder centrarme.
Sé que tengo la posibilidad de estar con otras.
Que podría encontrar a alguien que me hiciera feliz.
Una chica que me dé lo que quiero.
Pero yo sólo puedo pensar en ti, porque tú ya cumples todo eso.
Cada vez que pienso en todo lo que he hecho, todo lo que he perdido y lo imbécil que he sido...
Si no fuera por ti, no habría sido capaz de volver a levantarme y luchar.
Simplemente me tumbaría a llorar y lamentarme por la mierda de vida que me había ganado yo mismo.
En lugar de ello sigo en pie, tropezando un poco a cada paso, pero no permitiéndome caer.
Todo esto es gracias a ti en gran medida, por eso quiero devolverte todo lo que me has dado. Volver a hacerte feliz, hacerte reír.
Sé que soy muy pesado con este tema, pero te amo más que a nada, y soy un gilipollas por haber tardado tanto en darme cuenta, ahora que tú no sientes lo mismo y lo nuestro es imposible.
Sólo espero que al final de este camino halles la felicidad, aunque no sea conmigo.
En este punto aún no he llegado a poner en orden total mis sentimientos para no estar del todo triste, así que seguiré hablando un poco más.
Me hubiera gustado verte este fin de semana, darte tus regalos, recibir los míos, hablar un poco, jugar a juegos de terror, ver aquella sesión que te hicieron cuando aún estábamos juntos, demostrarte que he cambiado. No sé, verte sonreir.
Eres mi única debilidad y saber que aún puedes ser feliz conmigo me llena de fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario