Corrió esquivando las balas por poco, dobló una esquina tirando de su compañera al tiempo que sentía uno de los proyectiles clavarse en su brazo.
-¡Joder!- Gritó mientras se sentaba y apretaba la herida con la otra mano.
Su compañera se inclinó para inspeccionar la herida y le aplicó un vendaje rápido.
-Tenemos que seguir huyendo.- Susurró el hombre. La chica asintió con la cabeza.
Ambos volvieron a emprender la carrera oyendo los disparos a su espalda. ¿Cómo habían acabado así? No lo recordaban.
¿Había empezado todo ello con la liberación del virus zombi? No, eso sólo había hecho que se conocieran mientras luchaban por sobrevivir.
¿Había sido cuando encontraron al grupo de Jack? Tampoco. Ellos les habían admitido y habían establecido una comunidad.
¿Entonces porque les estaban disparando ahora? No lo sabían.
Entraron en un edificio pequeño y se sentaron a descansar. El hombre se quitó la venda.
-Mierda.- Dijo mientras la examinaba. -Me han jodido pero bien.- Ya no se sentía el brazo, pero era normal. La bala le había perforado carne, arterias y nervios, había sido un tiro certero.
Sabía que iba a perder el brazo, y que la necrosis acabaría por acabar con su vida, por lo que asumió su destino y besó por última vez a su compañera.
-Te amo.- Le dijo. -Y te dije que siempre cuidaría de ti.- Hizo una pausa mientras se enjugaba las lágrimas. -Y aunque no pude evitar que te mordieran y te convirtieran, aún cuidé de ti cuando intentaste comerme.- La abrazó con fuerza. -Y también te protegí cuando los otros te quisieron matar.- La llenó de besos desde el cuello hasta los labios. -Pero ahora he de irme.- Sentenció entre sollozos.
La mujer, que se había mantenido seria desde que su compañero empezase a hablar, se inclinó y mordió el cuello del hombre. Tiró, llevándose consigo un buen pedazo de yugular, matando al sollozante joven en el acto. Entonces esperó.
Durante tres horas no se separó del cuerpo sin vida de su compañero, hasta que éste por fin se movió. Unos espamos sacudieron todos sus músculos hasta que se levantó con dificultad. Giró su cabeza y contempló a su amada mirándole fijamente. Una lágrima negruzca se deslizó por su pálida mejilla.
Y la besó una vez más.
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