domingo, 26 de octubre de 2014

Odisea. Capítulo 11: Kimberlie.

Desenlace y sorpresas tras la pausa comercial.
-(8) Nino-nino nino-nino, nino-nino-ní~~~(8)

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Decidí dejar que el instinto de Godzilla le dictara las órdenes, porque yo no sabía qué hacer. No tenía sentido bajarle la defensa al rival si éste bajaba el ataque de mi pokémon.
-¡Calimero, usa Arañazo!- Ordenó Delta, a lo que Torchic corrió en dirección a Treecko con una velocidad asombrosa, dio un pequeño salto y clavó sus garras en la cara de Godzilla. “¿Porqué no lo había evitado?” Me quedé pensando, ¿podía ser que Godzilla esperase mis órdenes para un contraataque? -¡Muy bien! ¡Una vez más!- Prosiguió Delta. Treecko miró hacia atrás, buscando mis ojos para saber qué hacer.

-¡Vale Godzilla, espérale y dale el mejor Destructor que puedas!- Torchic se lanzó contra Treecko una vez más. Dio un salto y apuntó su pata a la cara de Godzilla, pero Treecko se dio la vuelta muy rápido, haciendo que el arañazo de Calimero le rasguñase severamente la cola. Una vez que Godzilla sintió que Torchic le estaba tocando, hizo fuerza con su cola hacia abajo en un potente ataque destructor que derribó a su oponente al suelo.

Las cortas patas de Calimero no le permitieron levantarse a tiempo de esquivar una oleada de golpes de Treecko que fueron disminuyendo su fuerza poco a poco hasta que no pudo más y cayó debilitado. Delta retiró a su pokémon decepcionada y volvió a sacar a Mareep que emergió de la pokéball placando con fuerza a Treecko, demasiado cansado como para esquivar.

Godzilla cayó debilitado y tuve que volver a sacar a Merry a combatir. Veía que Aries estaba un poco más cansado que mi Skiddo por el placaje que acababa de realizar y por la dura batalla que había tenido previamente contra Merry. Pensé que había una estrategia que podía funcionar y me dispuse a llevarla a cabo.

-¡Usa Desarrollo!- Grité. Las hojas del cuello de Merry comenzaron a crecer. -¡No pares de usar Desarrollo!- Le ordené.
-¡No te dejaremos! ¡Aries, Onda Trueno!- Mareep obedeció de inmediato lanzando electricidad en dirección a Merry, que quedó paralizado. Las hojas de Skiddo siguieron creciendo, a un ritmo más lento y con algunas interrupciones. -¡Ahora placaje!
-¡Aguanta y sigue desarrollando!- Ordené como parte de mi plan. Mareep impactó a Skiddo, que recibió el golpe y se mantuvo. Siguió desarrollándose, sus hojas llegaron a su tamaño máximo y los cuernos crecieron un poco.
-¡Derríbalo con más placaje Aries!- Ordenó Delta confiando en su victoria.

El Placaje de Mareep impactó de lleno a Merry, que cayó al suelo, pero se levantó dificultosamente. Su barba estaba creciendo ahora.
-¡Muy bien Merry! ¡Hora del Placaje!- Skiddo se lanzó a la carrera.
-¡Usa Impactrueno!- Ordenó Delta para mantener las distancias. Merry se quedó quieto de pronto, paralizado, y recibió el ataque de Aries. Skiddo baló con fuerza y siguió corriendo en pos de Mareep. -¡Esquívalo!- Pero era demasiado tarde, Merry ya había llegado hasta donde Aries se encontraba y lo placó con tal fuerza que lo desplazó varios metros, haciéndole desaparecer dentro del campo de maíz.

-Bueno, creo que eso significa que he ganado.- Dije mientras Delta devolvía a Aries a su pokéball.
-¡No!- Y lanzó una pokéball más del bolsillo de su peto.

De su interior salió un Ponyta negro. Sus llamas azules ondeaban con el viento. Era bastante grande y tenía aspecto fuerte y orgulloso. Saqué la pokédex y me di cuenta de que estaba en problemas, y no sólo porque la pantalla estuviera más rota que esa mañana.






Antes de nada le di una Baya Zreza a Merry para curarle la parálisis y una Aranja para que recuperase un poco de vitalidad.
-¡Vamos! ¡Dijiste combate de 2 contra 2! ¡Esto no es justo!- Dije mientras intentaba pensar en cómo iba a derrotar a ese Ponyta.
-¡No pienso acatar reglas contra unos vulgares ladrones!- Respondió Delta. -¡Usa Nitrocarga!

Pero en lugar de obedecer, Ponyta se tumbó en el suelo y se puso a dormir. Delta se sentó mientras lloriqueaba.
-Venga Daisy.- Decía. -No puedes dejar que estos sucios ladrones nos roben a Merry.- Lloró.
-¡Oye, a quién llamas sucio!- Se quejó Enzo.

Miré más información en la pokédex y entonces lo entendí.
-Ese Ponyta no te obedece porque no tienes suficiente coraje ni habilidad para controlarle.- Le dije muy serio mientras me acercaba a ella. -Si quieres que te obedezca necesitas medallas para que te respete.- Comenté mientras le tendía la mano. -Y, desde luego, no puede verte llorar como una cría.

Delta se me quedó mirando mientras se secaba las lágrimas y se cogía de mi mano para levantarse.
-Si vienes con nosotros te ayudaremos a conseguirlas.- Le propuse mientras me sonrojaba. -Y sino mira a Enzo, desde que viaja conmigo se ha hecho más fuerte.
-¡Oye!- Se volvió a quejar Enzo.
-Pero vosotros habéis robado a Merry.- Dijo reacia a escucharme.
-Respecto a eso...- Comencé. -No sé muy bien cómo pasó, pero ella ha decidido venir conmigo y hacerse más fuerte, y no voy a parar hasta conseguirlo.- Dije mientras cogía a Skiddo en brazos.
-Ya veo...- Respondió Delta. -Quedaos aquí un momento, tengo que ir a la granja a por una cosa.- Dijo un poco de mejor humor mientras devolvía a Ponyta a su pokéball.

La esperamos ahí sentados durante quince minutos hasta que de entre el maíz volvió a aparecer la figura de Delta. Vestía el mismo peto de antes pero con una camiseta blanca sin mangas debajo. Llevaba una bolsa grande de viaje y una vaina de espada en la cintura.
-¿Qué es eso?- Pregunté señalando la vaina.
-¿Esto? Es el Honedge de la familia. Según dice mi padre contiene el espíritu de mi abuelo dentro, por lo que quería traerlo conmigo. Además he cogido otra pokéball del establo.- Dijo mientras sacaba una honorball de dentro del bolsillo del peto. -Lo que me recuerda que tenemos que hacer algo con tus pokémon.

Lanzó la Honorball y de su interior salió un Miltank morado con capucha blanca, a lo que Delta comenzó a presentárnoslo.
-Este no es un Miltank cualquiera.
-¿Es una Miltank lechera?
-Me da leche merengada.
-¡Ay! Que Miltank tan salada.
-Tolón tolón.- Interrumpió Enzo, y todos nos echamos a reír.

-No, ahora en serio.- Prosiguió Delta. -Es una mutación muy rara de la especie de Miltank y hace que no dé una leche normal, sino que da leche chocolateada. El profesor la estuvo estudiando durante un año entero y aún no sabe a qué se debe, pero han descubierto algunos ejemplares similares más y uno de ellos es la famosa marca de una compañía de chocolate.- Nos informó nuestra nueva compañera.

Después de la charla, Delta comenzó a ordeñar con cuidado a Kimberlie (su Miltank) para tener un Batido que curase a nuestros cansados pokémon. La leche chocolateada que daba ese Miltank era deliciosa, hacía que la incorporación de Delta fuera aún mejor.
-¡Delta!- Comenzamos a oír en el campo de maíz a su padre gritar.
-¡Oh no, ya se ha dado cuenta!- Dijo Delta.
-¿Dado cuenta de qué?- Preguntó Enzo.
-Dado cuenta de que me he escapado de casa. ¡Vámonos!- Y echó a correr mientras nosotros reaccionábamos y la seguíamos.


Delta se había escapado de casa por venir con nosotros, lo que me hacía pensar en que además de poder acusarnos de robo de pokémon ahora también nos podían acusar de secuestro de jovencitas. Sólo esperaba que este asunto no llegase a la policía para que mi hermano mayor no se preocupase en exceso.

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¡Delta se ha unido a nuestro equipo! ¡Tiroriroriro-ri, tintintan! (Ni siquiera sé interpretar este sonido en mi cabeza)

Equipo de Delta:
Calimero
Aries
Daisy
Maximilian 
Kimberlie

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