lunes, 17 de noviembre de 2014

Conversaciones. Parte IV.

Que pronto has vuelto esta vez.

¿Qué pasa? ¿No quieres hablar?

¿Es por lo que hice el año pasado? Ambos sabemos que querías.

Hacía tiempo que no te veía tan hundido, desde que decidiste levantarte nunca habías caído tanto.

Es aburrido si no discutes.

Espero que esto te demuestre que amar es un esfuerzo inútil y lleno de dolor.

Si no te hubieras enamorado nada de esto hubiera pasado.
Si no hubieras sido el gilipollas más ciego del puto mundo nada de esto hubiera pasado.

Pero ahora estás conmigo.
Por poco tiempo.

De eso nada, esta vez has caído para no volver a levantarte.
Que me vaya a costar no significa que no vaya a poder. Volveré a levantarme algún día.

¿Aún quieres acabar conmigo?
Está lo segundo en mi lista de cosas por hacer.

¿Porqué, si ella no va a estar al final del camino?
Eso es sólo la peor posibilidad.

Sabes tan bien como yo que al final de este camino sólo te espera más dolor.
Pues entonces espero que ambos nos equivoquemos.

Encontrará a otro porque tú no la mereces, eres de lo peor, no haces nada a derechas.
Yo no soy igual que tú. Eres tú quien no la merece, quien no la mereció nunca.

Y aún así a mí me amó y a ti no.

¿Callas?
Duele.

Ven al abismo conmigo, aquí las cosas no duelen.
En la neutralidad tampoco, y prefiero que duela a volver a estar contigo.


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