domingo, 2 de noviembre de 2014

Relleno.

Hacía mucho que no escribía alguna entrada personal en el blog.
He estado centrado en mis relatos últimamente (en lo referido a este blog).
Pero hoy quiero escribir un poco sobre mí.
Aunque más que sobre mí, sobre una parte de mí.

Con todos mis defectos hice daño a la persona que más me quería y más me apoyaba.
Nunca la valoré lo suficiente cuando la tuve a mi lado.
Siempre hice las cosas mal, actuando de forma egoísta.
Nunca me paré a pensar en sus sentimientos.
Y ella siguió a mi lado a pesar de todo.

Cuando me dejó porque no podía soportar más dolor, la culpé.
La culpé a ella de haberme dejado mientras me culpaba a mí mismo de haberla hecho daño.
Pero por alguna razón, no me gustaba ser el malo y seguí tirando balones fuera.
Ella siguió ayudándome, mientras yo rechazaba su mano y la apartaba.
Estaba deprimido por todo, y lo pagaba con ella, que era la única que me escuchaba.
No fue justo para ella.
No lo merecía.

Llegué hasta el final con ello y en una fuerte discusión todo cambió.
Pasó a tratarme peor, menos que un amigo.
Sabía que me lo merecía, pero dolía mucho.
Ahora era yo quien intentaba acercarse, pero no podía.
Estuve intentando cambiar y no pude, y ahora que seguía intentándolo era demasiado tarde.

Cada vez que intentaba arreglar las cosas, la notaba fría y distante.
Nada reprochable.
Nunca valoré todo lo que tuve, hasta que lo he perdido definitivamente.
Ahora, quiero cambiar del todo.
Quiero ser digno.
Quiero poder recuperarlo y no volver a perderlo nunca.
Quiero dejar de cometer los mismos errores.

Ya he cambiado algunas pequeñas cosas.
No lo cree.
Es normal.
Seguiré cambiando.
Siendo mejor.
Podré abandonar la depresión.
Ya no estoy completamente solo.
Pero me falta su compañía

Algún día volveré a levantarme y caminar.
Y espero que tomes mi mano cuando te la tienda.

Con todo esto sólo pretendo poner palabras a mis pensamientos.
Y lo escribo desde una perspectiva positiva y objetiva.

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