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Nada
más separarnos me enfilé a subir un poco la montaña para encontrar
pokémon un poco más fuertes. Tras la dura escalada llegué a una
zona lisa, adaptada para el tránsito habitual de personas. Miré a
la izquierda y vi unos escalones esculpidos en la roca. No estaban
lejos de donde yo había escalado, de hecho debían estar a unos dos
metros, pero no los había visto.
En
el llano había un banco para sentarse a descansar, una fuente para
llenar la cantimplora, una cueva en frente a la izquierda y más
escaleras que subían a la derecha.
Saqué
a mis tres pokémon para que me acompañaran y nos adentramos en la
cueva con la linterna en la mano. Padme se subió a mi hombro derecho
mientras que Godzilla iba encima de Merry, que no se apartaba de mi
pierna y me hizo tropezar un par de veces. La cueva estaba totalmente
a oscuras y la linterna apenas ofrecía visión de nuestro alrededor.
Oímos sonidos raros, como de algún sónar y cosas arrastrándose
por la tierra. De pronto, frente a nosotros apareció un terrible
pokémon.
Parecía
una cría de Druddigon por su tamaño pero mi pokédex rota terminó
de confirmármelo al comprobar su nivel.
-¡Bien,
esto debería ser fácil para Padme!- Grité mientras Pichu bajaba de
mi hombro y se paraba frente a Druddigon. -Fácil... Fácil....
Fácil...- Dijo el eco de la cueva.
Druddigon
se dispuso a arañar a su oponente, pero ordené rápidamente usar
Sorpresa para pararle los pies.
La
Piel Tosca de Druddigon hirió a Padme un poco.
-¡Usa
encanto!- Ordené, e inmediatamente Pichu puso su cara más tierna
para rebajar el ataque de Druddigon, que se quedó mirando extrañado
y luego se lanzó a usar arañazo una vez más. Las grandes garras
del dragón rozaron la cara de Padme, dejándole tres horribles
marcas.
-No
te preocupes Padme.- Le dije. -Luego te lo curaremos, ahora vamos a
vengarnos. ¡Usa Placaje Eléctrico!- Padme se lanzó a la carga, se
cubrió de chispas rápidamente y la electricidad nos dió una mejor
visión de la cueva. Los zubats bajaron del techo en bandada y
salieron de la cueva, excepto uno que se lanzó a por mí y Merry
saltó para interceptarlo.
Ahora
tenía dos combates abiertos y no sabía hacia donde mirar. Godzilla
me había escalado el pecho y me miraba con su expresión sonriente
de siempre. La luz se apagó cuando el ataque de Pichu finalmente
impactó en su rival. Si bien resisitió el golpe, no pudo evitar
sufrir grandes daños e incluso quedar paralizado. Pichu sufrió
fuertes heridas de retroceso por parte de su ataque y de la rasposa
piel de su rival.
Mientras
tanto, en el combate de Merry, Zubat estaba pegado a su cuello,
chupándole la vida, mientras Skiddo trataba de quitárselo de encima
chocando contra las paredes en un frenético ataque placaje.
-¡Godzilla,
ayuda a Merry a quitarse el Zubat de encima!- Y Treecko saltó con la
cola por delante dispuesto a golpear al Zubat, pero algo se le puso
delante impidiéndole llegar a su objetivo.
Ahora
que tenía tres batallas a la vez no sabía qué hacer. No podía
alumbrar con la linterna a todos, por lo que dos de mis pokémon
estarían en desventaja en algún momento. Me dispuse a dar órdenes
rápidamente.
-¡Todos,
acercaos a mí, formemos un círculo a mi alrededor para que esto
salga bien!- Les ordené y me obedecieron de inmediato, todos excepto
Merry, que sólo sabía dónde estaba por los sonidos de golpes.
-Grrrr.- Gruñí impaciente. -Está bien, Padme lanza Impactrueno en
todas direcciones, a discreción.- Pichu se quedó mirándome con
preocupación. -No te preocupes, si das a Godzilla o a Merry su
cuerpo lo resistirá.- Pichu siguió mirándome igual. -Y no te
preocupes por mí, también lo resistiré.... Supongo.
Eso
convenció un poco más a Padme, que saltó y liberó una enorme
cantidad de electricidad por toda la cueva. Los pokémon de tipo
tierra que había por allí no se dieron ni cuenta y siguieron con su
vida, por lo que no nos tuvimos que preocupar de ampliar los frentes
de batalla. El ataque golpeó a Druddigon, que cayó de rodillas al
suelo, falto de fuerza. También impactó de lleno a Woobat, cosa que
Godzilla aprovechó para golpearle con su destructor y tirarle al
suelo sin darle opción a hacer nada más. A mí me golpeó una
pequeña descarga que me hizo perder el control y empezar a babear
como un bebé.
Pero
seguíamos sin ver a Merry por ninguna parte.
-¡Padme,
acaba con Placaje Eléctrico!- Dije aún sabiendo que estaba forzando
demasiado a la pequeña Pichu. Ella volvió a correr mientras se
cargaba de electricidad. -¡Ahí está!- Dije señalando a un bulto
caido en el suelo. Merry estaba aparentemente tirada con el Zubat aún
encima suyo, chupando la vida de mi pokémon.
La
luz volvió a apagarse, pero no importaba, ya estaba apuntando con mi
linterna en la dirección en que estaba Merry y ya iba corriendo
hacia ella. Noté como Padme saltaba a mi hombro, en señal de que
había terminado su combate, se acurrucaba entre mi largo pelo y se
dormía. Debía estar cansada, pues la había exigido mucho.
Llegamos
hasta Merry y la vimos cubierta de sangre, de su propia sangre. Unos
pequeños agujeros en el cuello borboteaban líquido rojo. A sus
pies, yacía el Zubat muerto en una posición antinatural. ¿Cómo lo
había hecho? No lo sabía, pero sólo podía suponer que Zubat había
usado su supersónico, por eso Skiddo no había obedecido a mis
órdenes, y en alguna de las sacudidas que daba por la confusión
debió haberle aplastado contra la pared de piedra y haberle raspado.
Me agaché para examinar el cuerpo del pokémon y lo encontré rojo
por completo, lleno de heridas de raspones y en un charco de su
propia sangre.
Decidimos
salir inmediatamente de la cueva. Una vez en el exterior bebimos agua
para recuperarnos un poco y nos sentamos a descansar. Apena habían
pasado hora y media desde que me separé de mis compañeros, pero
había sido muy intenso.
Estuvimos
descansando hasta la hora de comer. Nos comimos una manzana cada uno
y ya nos volvimos a sentir con fuerzas para seguir entrenando. Mi
prioridad eran Merry y Padme, que eran los más inexpertos, y luego
si la cosa se ponía difícil usaría a Godzilla, que tenía ventaja
de tipo y de velocidad.
Tras
el descanso y la comida, vimos un hombre escalando por donde lo había
hecho yo por la mañana. Con el gorro por delante, una cara bonachona
detrás y luego una gran barriga cervecera estaba claro que era un
montañero experto. Terminó de subir y se guardó el pico en la
mochila.
-¡Anda!-
Dijo sorprendido. -No esperaba encontrar a nadie aquí.
-Yo
tampoco.- Confesé mientras bebía un poco de agua.
-Si
vas detrás del Onix de cristal olvídate, es mío.- Dijo esta vez
muy serio.
-¿El
qué?- Pregunté confuso.
-A
mí no me engañas.- Respondió. -¡Luchemos por ver quién se lo
queda!- Y sin darme opción a negarme lanzó dos pokéball y el
combate comenzó.
Tras
ver los datos en la pokédex pude comprobar que ese señor llevaría
mucho tiempo escalando montañas, pero no tanto entrenando.
-¡Padme
sorprende a Throh, Merry placa a Sawk!- Ordené rápidamente. Pichu
corrió de frente a Throh y en el último segundo le saltó y golpeó
por la espalda, tirándole al suelo incapaz de reaccionar. Merry
golpeó a Sawk con fuerza, pero éste aguantó sin problema y le usó
Golpe Roca en toda la cabeza.
-¡Throh,
Atadura en Skiddo. Sawk, sigue con Golpe Roca!- Dijo el montañero.
Sus pokémon obedecieron de inmediato. Mientras Throh tenía agarrado
a Merry, Sawk le propinaba fuertes puñetazos uno tras otro.
-¡Cometes
un error al menospreciar a Padme!- Informé furioso. -¡Placaje
Eléctrico!- Pichu corrió a toda velocidad y golpeó la espalda de
Throh con toda su fuerza y las chispas. Pichu se apoyó en una
rodilla por el esfuerzo y Skiddo quedó libre. -¡Merry, usa placaje
en Throh y termina con él!
Merry
golpeó con los cuernos por delante al derribado Throh y lo lanzó
lejos. El montañero lo devolvió a la pokéball como síntoma de
derrota.
-¡Sawk,
venganza!- Sawk se sentó de rodillas mientras canalizaba energía.
-¡No
te dejaré!- Dije yo. -¡Impactrueno, Placaje!- Ordené y rápidamente
los ataques volaron por el aire. La electricidad impactó a Sawk que
ni se inmutó y el placaje de Merry le golpeó en el pecho, entonces
abrió los ojos, agarró de los cuernos a Skiddo y lo lanzó contra
el suelo con una fuerza brutal.
Merry
quedó debilitado y tuve que devolverlo a la pokéball mientras
pensaba en cómo remontar esto.
-¡Usa
Golpe Roca!- Dijo el montañero sin darme ni una pausa para pensar.
Sawk se abalanzó contra Pichu, que lo saltó gracilmente, cayó
sobre el brazo extendido de su rival y volvió a saltar para quedarse
a la espalda.
-¡Padme,
usa Impactrueno!- Unas enormes chispas volaron hacia Sawk, más
grandes que cualquiera que hubiera lanzado antes. El luchador gritó
cuando le alcanzaron y se retorció de dolor. Pichu, cayó al suelo
totalmente cansada y su rival se giró mientras humeaba un poco, dio
un par de pasos hacia Padme, y cayó al suelo debilitado.
-Imposible.-
Susurró el montañero mientras se arrodillaba junto a Sawk.
-¿Entonces no estoy preparado para atrapar al Onix de cristal?-
Preguntó a la nada.
-No
te desanimes hombre.- Le dije. -Sólo necesitas entrenar un poco
más.- El hombre se enjugó las lágrimas, me miró y me hizo una
pregunta.
-¿Podrías
ayudarme a capturar el Onix, por favor?- Me preguntó con la mayor
cara de admiración que había visto nunca. Pensé un rato y al final
le respondí:
-No.-
Y me fui de allí subiendo las escaleras de piedra.
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