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Subiendo
las escaleras se me ocurrió un plan para ayudar a mis pokémon a
subir de nivel. Como la mayoría de pokémon que iba a encontrar
serían del tipo roca o tierra, los dejaría débiles con Godzilla y
luego haría un cambio para que Merry o Padme se llevasen toda la
experiencia. Una vez que Skiddo estuviese al nivel 7 aprendería
Látigo Cepa, lo que me ayudaría aún más a la hora de entrenar en
ese lugar.
Las
escaleras terminaron en lo que parecía una pequeña entrada a una
cueva. Tapando la entrada había un hombre con ropas estrafalarias y
un turbante que le tapaba toda la cabeza a excepción de los ojos,
unos ojos negros y profundos en los que parecía que te asomabas al
abismo si los mirabas.
-No
puedes pasar.- Dijo con una voz grave. -Quien ose pasar experimentará
un dolor infernal hasta que llegue su hora y suplique morir.
¿Qué
cojones estaba diciendo ese tío? Esa no parecía una primera frase
para empezar una conversación. El hombre se me quedó mirando a los
ojos, los míos miraron a los suyos y empecé a sentir como si cayera
en el vacío. Sólo pude ver oscuridad, y al fondo, una extraña luz
blanca. Un aro de luz que iluminaba una figura que no había visto
nunca. Vi las cabezas de extraños pokémon a mis pies, ¿Godzilla?
No, era un Sceptile, sin embargo...
Volví
a la normalidad. El hombre tenía su mano apoyada en mi hombro. Me
zafé rápidamente.
-¿Qué
haces?- Dije jadeando.
-Mostrarte
lo que pasaría si entrases sin estar preparado.- Se limitó a
responder. -Ahora vete.
La
visión me había dejado temblando como una colegiala. Bajé las
escaleras por donde había venido solo que ahora vi un camino a la
derecha en el que no había reparado durante la subida. Seguí las
escaleras que subían, bajaban, torcían e incluso zigzagueaban. Al
final terminé en una gran zona de terreno arenoso en el que muchos
pokémon vivían. Éste era el hábitat perfecto para Diglett,
Sandsrew, Trapinch, Bagon e incluso Phanpy.
Me
acerqué corriendo a un grupo de Diglett e inicié una pelea a la que
se unieron todos ellos. Saqué la pokédex y pude respirar tranquilo,
pues debían ser recién nacidos.
Ordené
a Merry usar Placaje y se lanzó al ataque a por el primer Diglett,
que lo esquivó escondiéndose en un hoyo. El resto lanzó arena a
los ojos de Skiddo, bajándole la precisión de sus próximos
ataques.
-¡Usa
Desarrollo tanto como puedas!- Dije mientras rebuscaba en mi mochila.
Los
Diglett se lanzaron al ataque, mientras dos seguían arrojando arena,
tres de ellos rodearon a mi pokémon y comenzaron a arañarle las
patas. Uno de ellos se pudo estirar más y arañó el lomo de Merry.
Skiddo aguantaba como podía todos los ataques, mientras seguía
subiendo su nivel de ataque.
-¡Aquí
está!- Grité mientras sacaba la cantimplora de la mochila. Empecé
a correr hacia Merry, pero un Diglett me hizo tropezar y se me cayó
la cantimplora al suelo. El agua empezó a fluir hacia fuera. Me
levanté rápido y la recuperé, me acerqué a Merry y derramé el
poco contenido que quedaba en sus ojos. El agua limpió un poco la
visión de uno de los ojos de Skiddo, permitiéndole recuperar un
poco de su precisión.
Dos
de los Diglett se giraron hacia mí y comenzaron a arañarme las
piernas.
-¡Ah!
¡Escuece!- Dije mientras subía una pierna tras otra rápidamente.
Merry
vino en mi ayuda y se abalanzó sobre uno de los pokémon que me
estaban atacando, dejándole fuera de combate. Los 4 Diglett que aún
quedaban comenzaron a tirarle más arena a los ojos nublando la
visión de Skiddo del todo.
-¡Tranquila
Merry, usa tu oído!- Skiddo se relajó y aguzó el oido. Tras tanto
Desarrollo sólo era cuestión de aguantar los golpes de sus rivales
y ser capaz de acertar sus ataques y todo estaría solucionado.
Un
Diglett se acercó por el flanco de Merry y le arañó y se escondió
rápidamente.
-Mierda.-
Dije para mí mientras veía como otro Diglett se acercaba por el
flanco contrario. -¡A la derecha!- Merry me oyó y placó a su
derecha, golpeando a Diglett por pura suerte y mandándolo bajo
tierra debilitado. Los tres Diglett que aún estaban en pie salieron
de sus agujeros y atacaron a la vez. Uno de los arañazos que le
causaron empezó a sangrar; un golpe crítico.
-¡Toma
esto!- Grité a la vez que lanzaba una Baya Aranja a Skiddo, le
golpeaba el hocico y caía al suelo. -Es verdad, que no ve.- Dije
frustrado. Vi como los Diglett iban en dirección a la baya con
intención de comérsela. -¡Merry, frente a ti está la baya y los
Diglett van a por ella!- Grité con todas mis fuerzas. Merry agachó
la cabeza, olió y cogió la baya. Uno de los Diglett aprovechó para
arañarle en la cara, pero a Merry no pareció importarle demasiado,
placó y golpeó a uno más.
Sólo
quedaban dos y se veían con poco valor. Merry corrió embistiendo a
la nada intentando golpear a sus enemigos, pero sin éxito. Uno de
los Diglett se decidió a atacar finalmente a Skiddo, pero al ir de
frente recibió el golpe de mi pokémon y quedó debilitado.
Merry
paró en seco. De las frondes de su cuello salieron dos lianas que se
dirijieron a los ojos y los frotaron para quitar toda la arena que
pudieron. Skiddo abrió un poco los ojos y pudo ver la silueta
borrosa de su oponente. Le lanzó un Látigo Cepa pero el Diglett se
escondió bajo tierra y no volvió a salir; huyó.
Tras
el intenso entrenamiento bajamos las escaleras hasta la fuente para
lavarle los ojos a Merry. El montañero ya no estaba, y yo me
alegraba. De pronto, salieron 5 Geodude de ninguna parte y se
encararon. La dureza de esos pokémon me obligaron a usar a Godzilla
y Padme también.
Tenian
la ventaja del número y el nivel, pero yo tenía ventaja de tipo
excepto con Padme.
-¡Bien
chicos, el plan es simple, Látigo Cepa y Absorber a muerte, y que
Padme les dé el toque el final!- Ordené y todos se lanzaron al
ataque, pero pronto me di cuenta del error, Padme no tenía nada para
derrotar a estos enemigos.
-¡Eh,
no puedes usar más de un pokémon a la vez!- Dijo una voz a mi
espalda, al girarme vi al montañero que había vencido antes.
-¡Cállate,
esto no es un combate contra un entrenador!- Dije enfadado. -Si uso
sólo un pokémon no puedo hacer nada, ¡además, ellos son 5!-
Respondí más furioso aún mientras pensaba en cómo lo iba a hacer.
Padme
usó Sopresa en uno de los Geodude, impidiéndole moverse. Después
de ese ataque simplemente se subió a mi hombro. Merry usó su Látigo
Cepa en el mismo Geodude, golpeándole en el centro de la cara, pero
su enemigo agarró la cepa y comenzó a tirar hacia sí para
atraerlo. Godzilla saltó sobre la cepa, Geodude trató de quitarlo
de ahí con un placaje que Treecko esquivó fácilmente y luego usó
Absorber debilitando al primer rival.
Mientras
mis pokémon se habían unido contra el mismo oponente, el resto
estaba subiendo sus estadísticas. Dos de ellos se veían más
rápidos debido a Pulimento y los otros dos parecían más
resistentes con Rizo Defensa.
-¡Merry,
a por los rápidos! ¡Godzilla, a por los resistentes!- Ordené
rápidamente. Sabía que el Rizo Defensa no podía protegerles de
ataques especiales como Absorber pero sí de los ataques físicos
como Látigo Cepa.
Merry
sacó dos cepas de las frondes y trató de golpear a uno de sus
rivales que lo esquivó con demasiada facilidad. Mientras, el otro le
placó por el costado. Merry cayó al suelo pues aún estaba cansada
por el combate anterior.
-¡Pulso
Cura!- Oí a mi espalda. Una onda golpeó a Merry y se extendió por
su cuerpo, en lugar de hacerle daño parecía que le estaba
restaurando la energía. -Muy bien Audino.- Informó el montañero, a
lo que me quedé mirándole boquiabierto.
-Tienes
razón, son pokémon salvajes y podrían matarnos, no hay que seguir
las reglas oficiales contra ellos.- Dijo cruzando los brazos. -Así
que no permitiré que te derroten tan fácilmente, aunque debo
advertirte que no puedo seguir usando este ataque mucho tiempo más,
gasté la mayoría de fuerzas de Audino en curar a Throh y Sawk.
Merry
se levantó lleno de energías y se encaró a sus dos adversarios.
-¡Bien
Merry, usa Desarrollo y espera a que se acerquen para golpearlos con
Látigo Cepa!- Le ordené mientras giraba para ver el combate de
Godzilla. Al no estar recibiendo órdenes se estaba limitando a
esquivar los Placajes de sus rivales cuando podía. -¡Godzilla, usa
Absorber!- Dije sin más. No creía necesitar una estrategia más
depurada para vencer a estos pokémon.
Las
frondes de Merry crecieron rápidamente. Los Geodude lo tomaron como
una amenzada y cargaron los dos a la vez. Las cepas de Skiddo
salieron rápidamente y agarraron a uno de sus rivales impidiéndole
hacer nada. El otro impactó con golpe crítico en el costado de
Merry, que cayó al suelo aún con el primer Geodude aprisionado.
Skiddo se puso de pie, lanzó al aire a su rival y cuando llegó a su
punto álgido y estaba a punto de caer, una de las cepas de Merry le
empujó hacia el suelo acrecentando la fuerza potencial y cinética y
enterrando la mitad del cuerpo de su rival en el suelo.
Con
un Geodude fuera de combate, Skiddo lo tenía más sencillo, pero su
rival se cubrió con los brazos mientras hacía Rizo Defensa. Los
latigazos que Skiddo propinaba no parecían hacerle ningún daño y
él seguía subiendo su defensa. Lancé otra Baya Aranja a Merry para
que el montañero no tuviese que hacer actuar a su Audino y me giré
para mirar la batalla de Godzilla.
Treecko
parecía divertirse saltando de encima de un Geodude a otro, haciendo
que se placasen el uno al otro y usándoles Absorber de vez en
cuando. La verdad era que ver a Godzilla enfrentándose así a varios
rivales a la vez me hacía tener demasiada confianza y prepotencia en
sus habilidades, sin pensar que sólo era capaz de hacerlo porque
tenía ventaja sobre los rivales a los que nos habíamos enfrentado
hasta la fecha.
Recordé
la primera derrota que sufrimos, a manos del Charizard de mi padre y
pensé en hacernos realmente fuertes para poder derrotarlo algún
día. Ensimismado en mis pensamientos no ví que Godzilla se había
aburrido de jugar y había terminado de derrotar a sus oponentes.
Caminó hasta mí y se subió a mi pecho mirándome a la cara con su
habitual sonrisa.
Merry
por su parte contrarrestaba el Rizo Defensa del Geodude con
Desarrollo. Fue un combate de mirarse el uno al otro durante unos
minutos hasta que finalmente Geodude se lanzó al ataque con un
Placaje que golpeó en la cara a Merry. Skiddo le aguantó el golpe y
sacó sus cepas. Cada una de las lianas agarró fuerte una muñeca de
su rival. Geodude no podía hacer nada y Merry sonrió, subió y bajó
las cepas una y otra vez, golpeando a su rival contra el suelo
incluso después de debilitarlo.
-¡Para
ya!- Ordené tajante a Skiddo que cambió su expresión y vino
saltando hacia mí más feliz que una perdiz, aunque nunca supe qué
era una perdiz.
Tras
la emoción del día, ahora que estaba anocheciendo, nos resguardamos
en la tienda de campaña del montañero cuyo nombre no escuché
porque le estaba ignorando. Me tumbé y Merry se acurrucó a mi lado,
Godzilla se arrebujó en mi pecho y Padme se escondió entre mi pelo.
Dormimos
después de que el montañero me contase sobre el extraño individuo
que me había encontrado en la entrada de la cueva, el del turbante
que me había dado escalofríos. Según me dijo, era un nómada que
protegía a la gente de los peligros que se escondían en esa cueva.
Al
dormir, volví a soñar con el hombre, con la silueta y con las
cabezas. Vi la cabeza de Enzo, la de Delta e incluso la mía. Vi a
gente que no recordaba haber visto nunca. Vi a Kimberlie y otros
pokémon que no supe identificar pero que me resultaban conocidos. Vi
a Godzilla aunque no era un Treecko.
Finalmente
vi una silueta recortada en una luz. Una silueta que cambiaba,
encogía, flotaba y le aparecía un asa en la cabeza, se agrandaba y
sus patas se volvían más robustas, volvía a la normalidad y algo
le salía del cuello. Una y otra vez. Una y otra vez...
Desperté
entre sudores fríos. Una tenue luz rojiza atravesaba la tela de la
tienda de campaña. Godzilla me estaba mirando fijamente, pero pude
comprobar fácilmente que seguía dormida. Me preguntaba como sería
eso de no tener párpados y aún así dormir bien sin ver nada como
ella. Devolví a todos mis pokémon a sus pokéball para no
despertarlos y me levanté, salí de la tienda y me lavé la cara en
la fuente. El montañero aún seguía durmiendo y no quería
despertarlo.
Me
senté en el banco mientras veía el sol salir de entre los árboles
del bosque en el que estaría Enzo entrenando. Me preguntaba si todos
estarían bien, pues el bosque podía ser peligroso y no estaba
seguro de que Delta pudiera apañárselas sola. Mis pensamientos
quedaron interrumpidos cuando una de mis pokéball se abrió y de su
interior salió una juguetona Padme que escaló hasta mi hombro y
comenzó a lamer una de mis mejillas a modo de saludo.
-¿Te
he despertado?- La pregunté mientras la cogía en brazos y
acariciaba su cabeza. -Lo siento mucho.- Dije con una sonrisa
mientras veía las heridas del día anterior cicatrizando poco a
poco.
-Buenos
días.- Dijo el montañero mientras salía de la tienda de campaña.
-Hoy podríamos buscar nuevos pokémon para el equipo mientras
entrenamos.- Sugirió.
-Lo
siento.- Comencé a decir mientras me ponía en pie. -Pero yo trabajo
solo y no hay ningún pokémon que me pueda interesar en esta
montaña.- Padme se me subió al hombro mientras el hombre me miraba
con cara extrañada.
Sin
más preámbulos me despedí de aquél tipo y me adentré en la
cueva, linterna en mano y con todos mis pokémon siguiéndome.
Inspeccioné un poco la sala en busca de posibles peligros y encontré
el cadáver del Zubat del día anterior tirado en el suelo, con
apenas unas tiras de piel y carne aún pegadas a su esqueleto. Merry
se acercó a olerlo, se agachó y le orinó encima como terminando de
reirse de él de una forma macabra y cruel.
-Padme,
¿crees que serás capaz de vencer a muchos Zubat y Woobat a la vez?-
Pregunté curioso.
Pichu
me miró con expresión alegre, dio un salto y empezó a liberar
electricidad por sus mofletes. El ataque Impactrueno chocó con el
techo de la cueva y varios pokémon cayeron. La mayoría salió de la
cueva volando, pero algunos se quedaron a pelear. Merry y Godzilla
dieron un paso al frente.
-¡Quietas!-
Ordené firmemente. -Esta es su pelea.- Informé señalando a la
pequeña Padme que correteaba de un lado para otro cargando un
Placaje Eléctrico antes de que se lo ordenase.
Sabiendo
que los Zubat sólo conocían el ataque Chupavidas no me preocupé
demasiado, aunque podría ser un problema porque Padme es muy pequeña
y tiene poca sangre, el hecho de acercarse a atacarla sería un error
que no podrían cometer dos veces. Dado que los Woobat podían atacar
a distancia con Confusión, iban a ser un mayor problema.
-¡Bien
Padme, golpea con Placaje Eléctrico a los Woobat!- Ordené al tiempo
que Padme saltaba para intentar alcanzar a sus enemigos, que lo
esquivaron volando como si nada. Los Woobat usaron Confusión todos a
la vez y mantuvieron a Pichu en el aire incapaz de hacer nada, cosa
que aprovecharon los Zubat para acercarse a chuparle la sangre.
-¡Impactrueno!- Dije deseando que Padme fuera capaz de lanzar alguna
chispa de sus mofletes.
Por
suerte, fue capaz. Liberó una gran cantidad de electricidad que dio
de lleno a uno de los Woobat. Cuando el pokémon recibió el impacto
eléctrico fue incapaz de seguir con su ataque y cayó al suelo entre
convulsiones. Sin la fuerza de uno de sus compañeros, los Woobat no
pudieron mantener prisionero a Pichu, que cayó al suelo de pie, al
lado del oponente electrocutado al que se acercó y lanzó una
descarga más que terminó de debilitarlo. Veía a Padme un poco
cansada por el esfuerzo, por lo que le lancé la penúltima Baya
Aranja que teníamos para que se recuperase un poco.
Los
caballeros oscuros se reunieron como tramando un plan y los tres
Zubat se abalanzaron a la vez contra Padme mientras los Woobat se
quedaban en la retaguardia para lanzar sus ataques Confusión. Una de
las ondas impactó de lleno a Pichu, que fue lanzada hacia atrás,
cayó al suelo y los Zubat se abalanzaron sobre su pequeño cuerpo.
Padme se levantó a duras penas, con expresión febril y los Zubat
pegados a su cuerpo chupándole la sangre, uno en la oreja, otro en
el lomo y otro en la cara al lado de las heridas dejadas por el
Druddigon del día anterior.
-¡Padme,
sacátelos de encima! ¡Usa Impactrueno!- Pichu se giró hacia mí y
me atacó con un potente ataque Impactrueno que dio de refilón a uno
de los Zubat por estar demasiado cerca de un moflete. El ataque me
dio de lleno y caí de rodillas, incapaz de mantenerme en pie,
mientras me retorcía de dolor y notaba como mis músculos se
flexionaban sin que yo se lo ordenase. Grité de dolor mientras mi
visión se oscurecía. Había dejado caer la linterna y no veía
nada, pero sabía que mi visión se había vuelto borrosa. Notaba las
patas de Godzilla en mi cara, intentando hacerme reaccionar y la
lengua de Merry lamiéndome los brazos.
Empecé
a ver una luz al final del túnel, una gran luz que resultó ser la
electricidad de Padme. Vi una figura borrosa y brillante llendo de un
lado a otro, pero no supe bien qué ocurría, ni tampoco me sentía
con fuerzas para levantarme y ver.
Merry
me empujó con su cabeza y me hizo rodar un poco hasta que quedé de
lateral, cosa que me facilitó un poco el respirar. Inspiré una
honda bocanada casi sin darme cuenta y comencé a toser, había
inhalado también mucho polvo de la cueva. Empecé a recuperar un
poco la visión y un pitido en mi oido del que no me había percatado
comenzó a desaparecer. Ahora podía escuchar, y oía gritar a varios
pokémon. Merry balaba a mi lado con preocupación, al igual que
Godzilla emitía unos extraños sonidos llenos de tristeza.
Padme
gritaba llena de furia y los Zubat y Woobat aleteaban inquietos. Me
levanté a duras penas con ayuda de Merry y cogí la linterna que me
ofrecía Godzilla. Enfoqué donde estaba Padme, aunque no hacía
falta pues sus ataques eléctricos inundaban la cueva.
-Tranquila
Padme.- Susurré con voz quebrada. -Estoy bien.- Pichu se giró y al
verme en pie vino corriendo hacia mí con lágrimas en los ojos,
saltó a mis brazos y caí de espaldas debido al impulso mientras la
abrazaba. Un Zubat salió de la nada y me mordió la rodilla. -¡Ah!-
Grité, pero Padme saltó de entre mis brazos y lanzó un Impactrueno
que frió a su oponente sin llegar a darme a mí.
Después
terminó con los dos oponentes que aún quedaban en pie y que no
había derrotado mientras yo estaba tirado en el suelo sin hacer
nada, y, tras acabar con ellos, algo comenzó a pasarle a Padme.
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Chan-chan-chán.
Merry sube al nivel 7 y aprende Látigo Cepa
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