lunes, 20 de octubre de 2014

Odisea. Capítulo 6: Felicidad.

Volvemos con Odisea, en este capítulo voy a por mi segundo pokémon, ¿lo conseguiré? ¿qué será?
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-Era realmente guapa.- Dije distraidamente mientras curaban a nuestros pokémon.
-Sí.- Respondió Enzo. -Tenía algo especial. Pero también tenía un aura oscura.- Comentó pensativo.

Pensé en todo lo que había pasado, en cómo Sylvie había amenazado a aquél hombre tan grande y él se había echado a temblar. Me preguntaba cómo una rosa tan bella podía tener unas espinas tan gordas.

-En fin.- Proseguí hablando. -Hay un sitio al que me gustaría ir para conseguir mi segundo pokémon.- Dije a Enzo. -Está a las afueras de la ciudad.

Nos pusimos en marcha, andando por las calles de la “pacífica” ciudad. Adoquines levantados y farolas reventadas adornaban la calle de uno de los peores pueblos de la región. Menos mal que me iba de viaje y no volvería a estar aquí en mucho tiempo.

Tras mucho caminar con nuestra segunda cerveza abierta, llegamos al sitio. Un gran edificio blanco se inclinaba frente a nosotros.
-Vamos a entrar.- Informé a mi compañero.
-Espera, ¿es aquí? ¿Seguro? Pero, ¿qué pokémon vas a atrapar aquí?- Me preguntó sumamente confuso.
-Esto es un criadero de roedores, aquí podré comprar un Pichu bueno, que los que andan por las calles son muy agresivos y transmiten enfermedades.

Sin más dilación entramos al edificio. Ya había concertado ir desde el día antes de recibir el título de entrenador porque estaba ansioso por conseguir más pokémon. Nos encontramos con el encargado del criadero que nos enseñó las instalaciones y los pokémon que había criados allí. Rattata, Minun, Plusle, incluso había Pachirisu.

Llegamos a los Pichu y ví que los tenían separados por camadas de colores, los normales, los shiny, los albinos, los extraños... Me fui a los albinos a mirar y en seguida vi una que destacaba del resto. Era el único que no estaba mamando de su madre Pikachu y además tenía los ojos negros en lugar de rojos.
-Los ojos negros protegen mejor la pupila, por lo que si me llevo éste no tendré que preocuparme por infecciones en los ojos.- Comenté distraido.

Avisé al encargado para decirle que ya me había decidido. Sí, ya sabía que quería ese.
-¡Oh!- Dijo el encargado. -¡Muy buena elección! Esta Pichu es muy buena con los humanos, es muy cariñosa y además conoce dos ataques muy raros.

Una vez pagadas 500 monedas por la pequeña Pichu, sólo tuve que cogerla y capturarla con una de mis pokéball. El objeto giró un poco, pero en seguida se detuvo en señal de una buena captura. Estaba tan emocionado por la nueva incorporación que miré sus datos en la pokédex y reté a Enzo a un combate.

Al salir del edificio nos alejamos un poco hasta salir también de la ciudad y nos desplazamos a un pequeño prado que había a las afueras, en un claro de hierba baja comenzamos nuestra pelea.

Padme
                      VS
Canario      



-¡Bien Padme! ¡Antes de nada, sorprende a ese pájaro!- Ordené rápidamente al sacar mi nuevo pokémon de su pokéball.
Pichu corrió a cuatro patas hasta Fletchling y fingió golpear de frente pero en el último segundo cambió y golpeó de lateral, sorprendiendo a su rival e impidiéndole hacer nada.
-¡Muy bien! ¡Fríelo con Impactrueno!- Dije esta vez.

Pichu se irguió sobre sus patas traseras y alzó las manos como invocando una Genkidama. Una fuerte descarga nacida de sus mofletes corrió hacia Canario y lo golpeó dejándolo KO.

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Una poderosa aliada se ha unido al equipo de Lechu; Padme.

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