jueves, 13 de noviembre de 2014

Odisea. Capítulo 18: Reposo.

En anteriores capítulos.
"Noooo, Merry aguanta"
"Enhorabuena, has ganado la medalla Ilusión"
"-¿Funcionan los Flashbacks en escritos?" 
" -Lo dudo" 

Antes de nada os voy a explicar una pequeña teoría de Internet que he usado en este capítulo.
¿Sabéis cuando cogéis una pokéball en el juego y en lugar de eso coges otro objeto?
La teoría dice que es porque los objetos se guardan también en pokéball (y por eso te entra una bici en la mochila entre otras cosas). Pues yo a esas pokéball las he hecho específicas y las he llamado Objetoball (suena horrible, lo sé).

Lee el capítulo entero tras el salto.


Tras darme la medalla y la MT de Psíquico, la líder procedió a combatir contra Delta usando otros pokémon que no estuvieran cansados como un Espurr y un Spoink, pero no terminé de ver la batalla porque estaba preocupado por Merry. Dejé a Enzo como espectador y me acerqué al Alakazam de Anna, pidiéndole que me teletransportara a la enfermería para ver a mi pokémon.

Al llegar, vi a una enfermera vendando el lomo de Merry, que estaba dormida y con varios tubos con suero. La enfermera terminó el vendaje y se giró para hablarme:
-Tu Skiddo está muy mal herido, pero se pondrá bien en un par de días.- Me informó tranquilamente.
-Uf, menos mal.- Resoplé yo un poco más relajado.
-Os dejaré a solas.- Me informó ella mientras abandonaba la pequeña sala.

Cuando salió de la habitación yo me senté en la cama con Merry, la acaricié con cuidado y le canté la primera canción que me vino a la mente.
Estaba mirando fijamente a la puerta, distraido, con la mano acariciando la tripa de Skiddo y cantando una balada cuando noté algo húmedo en los dedos. Giré rápidamente la cabeza pensando que sería sangre pero vi a Merry lamiendo mi mano. Me incliné para besarla la mejilla mientras se me escapaba una lagrimilla.

De pronto, mis amigos y la líder se teletransportaron a la habitación junto a Alakazam.
-¡He ganado la medalla!- Dijo Delta mientras corría a abrazarme. -¿Cómo está?- Preguntó señalando a Merry tras ver mi expresión triste.
-Está bien, dicen que se recuperará pronto, en dos días.- Comenté intentando sonar animado.
-¿Y qué vamos a hacer dos días aquí?- Preguntó Enzo curioso.
-Bueno.- Interrumpió Anna. -Este sitio no está en mi gimnasio, que está muy a las afueras de la ciudad, sino que os he llevado a todos hasta ciudad Ilusión.- Siguió hablando -Y justo ahora estamos de fiestas. Si vais al Espacio Remanso de la ciudad están regalando Repartir Experiencia a los entrenadores con al menos una medalla.- Informó la líder tranquilamente. -Además podéis ir al Safari Ilusión, donde los pokémon no son lo que parecen ser.- Dijo intrigantemente. -Por último, mañana empiezan las fiestas del Gran Héroe, deberíais quedaros a disfrutarlas.- Nos recomendó.

Con los planes en mente nos pusimos en marcha. Anna desapareció junto a su pokémon tras despedirse de nosotros. Delta, Enzo y yo salimos de la sala y bajamos unas escaleras que nos llevaron a la sala de espera de un Centro Pokémon. Aprovechamos para dejar a todos nuestros pokémon curándose y fuimos camino del Espacio Remanso.

Delta me iba contando cómo había conseguido ganar gracias a Kimberlie, lo que me extrañó mucho porque pensaba que era un pokémon pacífico y que no lo usaría en batallas. También me contó que la líder no le dejó usar a su Honedge porque seguía aletargado y para combatir ella tenía que blandirlo, y al parecer eso está prohibido en las reglas de la liga.

Paramos en un Alcadona para comprar suministros y salimos de ahí con 5 Baya Aranja, 5 Baya Meloc, 5 Baya Safre y 5 Baya Zreza cada uno además de una botella de 1L de tinto de verano Don Limón. Nos salió a pagar 2.000 monedas a cada uno que dimos casi gustosamente.
-Me pregunto cuanto dinero podré sacar vendiendo esta MT.- Dije sacando el disco que me había dado Anna. -No creo que lo vaya a usar nunca, además de que vosotros también tenéis uno.
-Yo no.- Respondió Delta. -Se lo cambié a un tipo por la MO de Corte.

Seguimos andando hasta que al fin llegamos al Espacio Remanso. Era muy parecido al que habíamos estado Enzo y yo anteriormente, donde nos emborrachamos y encontramos una Piedra Trueno. Ese hecho me hizo pensar en Padme, ¿era demasiado pronto para usarla? Seguramente sí, pero tenía alguna duda...

Mis pensamientos quedaron interrumpidos cuando choqué contra un tipo que estaba haciendo cola. El grandullón se giró y dijo un par de cosas sobre mi madre que no me gustaron nada, pero cuando iba a responder, Delta se puso entre nosotros y desenvainó a su Honedge.
-Cuida tu lengua rufián.- Se creció mientras apuntaba el filo al cuello de aquél hombre. -O tendré que cortarla.- Hizo una pequeña pausa. -Y la lengua también.- Terminó con una sonrisa macabra.
El hombre se fue de la cola corriendo mientras yo dudaba en si aquello me había gustado o asustado.

Pudimos comprobar que la cola era para conseguir el repartir experiencia. Tras esperar media hora pudimos conseguir al fin nuestro objeto. Era un extraño casco con bombillas y una hoja a modo de manual de instrucciones: “si se pone este gorro mientras sus pokémon luchan, pasará la energía de la batalla a los que estén en su cinturon sin combatir.” No entendía que clase de ciencia lógica usaban esas instrucciones tan raras, pero suponía que algún día tendría que pasar vergüenza y probar si realmente funcionaba.

Ahora que ya teníamos el armatoste imposible de guardar en la mochila con nosotros, nos dirigimos a nuestro próximo destino; el Safari Ilusión, pero a la salida del Espacio Remanso nos cortó el camino un Charizard. De su espalda se bajó una persona a la que conocía.
-¿Trekan?- Pregunté incrédulo.
-¿Lo conoces?- Inquirió Delta curiosa.

-Sí.- Dije. -Es mi hermano.

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Ahora tengo un traje, un repartir experiencia y una objetoball :D

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