viernes, 25 de noviembre de 2011

Capítulo 2. Comienza el cambio. (Parte 3/5)

Carlos saltó al valla para dar consuelo a Vero, la abrazó, la ayudó a levantarse e hizo que saliera del campo de batalla.
-Me han eliminado en la primera ronda. Y encima ha sido esa tía insoportable.- No paraba de decir, aún con la mirada perdida.

Me quedé mirándola sin saber qué decir, nunca sé qué decir en estos casos...

Por suerte para todos, a Carlos no se le dan mal estas cosas:
-¡Anímate mujer! No todo está perdido.- Dijo tajántemente mientras sonreía. -Puede que no hayas ganado, pero aún así has combatido muy bien. Además, ahora puedes ponerte a estudiar arte, que es lo que siempre has querido.

Vero dirigió la mirada hacia Carlos que, pese a haber perdido el torneo, no se dejaba vencer por las dificultades.
-Siempre hay que tener un plan B por si el original fracasa, y nunca hay que darse por vencido ni deprimirse porque algo salga mal.- La voz de Carlos era reconfortante y poco a poco se veía a Vero algo más animada. -Por eso, ¡nunca debes parar de esforzarte!

Vero se dirigió hacia Carlos y le dio un fuerte abrazo, se acercó a su oído y le dirigió unas breves palabras, supongo que un agradecimiento.
No podía evitar pensar en que lo que en un principio había sido un viaje de tres amigos, iba a finalizar con mi viaje en solitario...

Yo comenzaría una aventura desafiando a los líderes de gimnasio de todo el mundo, mientras que Vero estudiaría arte y Carlos se dedicaría a la investigación de los hábitats marinos.
De ponto, me sacaron de mi distracción con un golpecito en el hombro. Al girarme vi a Edu sudando.

-¿Qué te ocurre? ¿Te encuentras bien?- Pegunté.
-Perfectamente, ¿no has visto la paliza que le he dado a ese tipo?
-¿Paliza? ¿Acaso has combatido ya?
-Pues sí, que pasa, ¿Os lo habéis perdido?
-¿Eh? Ehmmm, esto.... ¡No! Solo te tomaba el pelo, ehehe.- Era una trola muy mala y no estoy hecho para mentir. Presentía un enfado por parte de Edu.
-¡Ah! ¡Que bueno! Casi me lo creo, jajaja. Si no has visto el combate no pasa nada, pero no me mientas, y menos si no sabes mentir.

Y mientras reía se dispuso a contarnos cómo había logrado dar una remontada ante un combate que ya tenía perdido. Edu se emocionaba mucho contando las batallitas, “y entonces va mi Mareep y se protege con rizo algodón por lo pelos” decía mientras seguía riendo.

Nos fuimos todos a la sombra que ofrecía nuestra encina mientras esperábamos que terminara la primera ronda. Entre risas y conversaciones carentes de interés público, empezamos a oír el griterío que nos hacía ver que la segunda ronda estaba a punto de comenzar. Edu se levantó emocionado de un salto y empezó a tocar las palmas instando a que nos levantásemos. El único que hizo el esfuerzo fue Jorge.

-Tu torneo está en una hora muy mala, ahora lo que apetece es echarse la siesta.- Vero había hablado por todos nosotros.
Mientras Edu se marchaba algo indignado acompañado por Jorge, nosotros empezamos a trabajar en lo que debieran ser nuestras almohadas.

Carlos comenzó a amontonar hojas caídas de la encina, y cuando hubo terminado, Vero le robó el trabajo tumbándose sobre ellas, por lo que tuvo que volver a juntar más hojas.

Yo simplemente coloqué mi mochila bajo mi cabeza y me abracé a Diana, que usaría mi brazo como almohada. Comencé a acariciar el pelo de Diana para que se durmiera y cerré los ojos.
Desperté de golpe de una incómoda pesadilla, había soñado que los pokémon no existían, y en lugar de ellos, la Tierra estaba llena de otras criaturas inferiores, que no evolucionaban ni poseían habilidades especiales, se parecían a los pokémon, pero no tenían nada que ver. En mi sueño las llamábamos “animales”.

Tras esta pausa en la que recordaba con temor mi pesadilla, miré a mi alrededor.... La única persona que quedaba aún conmigo era Diana. Tras contarla el sueño que había tenido y escuchar cómo me llamaba loco, nos fuimos a ver los combates, dónde supusimos que estaba el resto de nuestra tropa.

Encontrar a nuestros amigos no fue difícil, pues Vero gritaba sobre el resto de gente “¡Vamos Edu! ¡Como te dejes vencer por esa puta te juro que te meto las pokéball por el culo!” Mientras Carlos la replicaba por su lenguaje; “Joder Vero, contrólate de una puta vez, hostia”.
-Vaya dos- pensé para mí.

Edu competía en la final del torneo contra Isabel, un enfrentamiento entre Elekid y Roggenrola.
Cuando llegué, Edu se encontraba en apuros, Elekid parecía débil y lo único que podía hacer era ocultarse de las pedradas de Roggenrola tras los árboles.

Cansado de huir, Edu ordenó a Elekid paralizar a Roggenrola usando onda trueno. Tras el impacto, la velocidad de Roggenrola bajó drásticamente, cosa que Edu aprovechó para impactar con puño trueno una y otra vez, hasta que Isabel hubo perdido.

De este modo Edu se convertía en el segundo ganador del torneo.

Subió a la tarima dónde le esperaba el profesor Madrazo. Repitió el mismo procedimiento que conmigo y acabó otorgando a Edu una pokédex y la pokéball de Elekid.

Edu bajó totalmente emocionado con una sonrisa de oreja a oreja. Saqué la pokédex de mi bolsillo con un elegante movimiento y, tras recogerla del suelo apunté a Elekid:

-Elekid, el pokémon "Pila". Tipo Eléctrico. A pesar de ser un pokémon bebé, Elekid es muy poderoso. Se alimenta de bayas, aunque en ocasiones se le ha visto absorbiendo la energía eléctrica de las centrales donde suelen agruparse, no se tiene la certeza de que la use como alimento. Una vez cargado de electricidad, Elekid girará los brazos para concentrarla en sus antenas y lanzarla en forma de un ataque eléctrico. Antes de evolucionar, Elekid necesita cargarse de mucha electricidad, y cuando está listo para evolucionar, la libera toda de golpe, de forma que causa un apagón. Una fina capa de electricidad estática recubre su cuerpo y paraliza al mínimo contacto.

Mientras todos felicitábamos a Edu, una extraña figura se acercó a nuestro grupo. Era Pablo con una, habitual, cara de pocos amigos. Se puso frente a Edu y, tras dirigirlo unas secas palabras de felicitación y amenaza, todo a la vez, se marchó por donde había venido.

Todos miramos a Edu, que tenía una expresión de nostalgia unida a tristeza en sus ojos. Miraba al frente, absorto en sus pensamientos. Probablemente recordando viejos tiempos, tiempos mejores.

-Continuará...-

viernes, 18 de noviembre de 2011

Capítulo 2. Comienza el cambio. (Parte 2/5)

Mientras sacaba de mi bolsillo la pokédex que me acababa de entregar el profesor Madrazo, observé como muchos participantes hacían caso omiso a los administradores y se iban a otro lugar. No era asunto mío, el único aspirante de ese torneo que me interesaba era Carlos y él se quedaba conmigo a ver al resto de nuestros amigos.


Nos pusimos a la cola de la comida mientras yo seguía toqueteando mi pokédex. Cuando llegó mi turno me dieron dos opciones: sándwich vegetal de Oddish o, si preferimos la carne, bocadillo de filete de Doduo. A mi no me gustan las verduras, y además me apasiona la carne de Doduo, asique la decisión es clara. Les comento además que soy el vencedor del torneo, y por tanto llevo un pokémon conmigo, la señora, con la misma cara de pocos amigos se agacha y cuando se vuelve a levantar me entrega una baya zidra.


Me voy con todos mis amigos debajo de la -ya nombrada nuestra- encina. Nos sentamos, libero a mi Nidorino y le pongo la baya frente a sus narices. Nidorino la observa con ojos vidriosos y empieza a mordisquearla.


Observo a mi alrededor... Edu se come su bocadillo de Doduo como si no hubiera mañana mientras que, Diana se come el suyo con toda la calma del mundo. Cuando han pasado cinco minutos Edu ya ha terminado y está tumbado en la sombra que ofrece la encina, reposando la comida. Yo en cambio, tardo diez minutos más en terminar de comer, y al hacerlo, sigo investigando la pokédex mientras acaricio la cabeza de Nidorino.


Investigando encuentro una opción <<Nombre>> y, al pulsarlo aparece en pantalla la frase <<apunte al pokémon que desee nombrar>>. Apuntando a Nidorino, aparece en la pantalla esta vez: <<Diga el nuevo nombre>>. Onii-San, exclamo.


<<Felicidades, ahora este pokémon se llama Onii-San>> es el nuevo mensaje. Pruebo si funciona y alejándome llamo a Onii-San, que se gira al oír mi voz y viene corriendo hacia mi. Parece que funciona.


Encuentro otra opción: <<Datos>> y lo pulso apuntando a Onii-San. La pokédex comienza a hablar:


-Nidorino, el pokémon "Pin Veneno". Tipo Veneno. Nidorino es la forma evolucionada de los Nidoran macho, su cuerno se desarrolla más que en las hembras (Nidorina), y éste es duro como el diamante. La punta de su cuerno segrega un potente veneno, por lo que es temido en los campos y praderas que habita. Sus enormes orejas le sirven para detectar el mínimo movimiento de sus depredadores. Viven en comunidades en la que los

machos siempre están peleando entre ellos y en caso de peligro defienden a las hembras a muerte. Su alimentación es puramente herbívora. Su sangre se compone en un 90% de veneno y, si entra en contacto con la piel de otro ser vivo, éste cae envenenado al instante.


Una vez ampliado mi conocimiento sobre Onii-San levanto la cabeza. Sólo queda Diana comiendo, el resto se ha marchado, pero ¿dónde? Miro mi reloj, son las 14:34 asique ya deben estar viendo los combates.


Cuando Diana finaliza su comida, la pido que me acompañe a la enfermería, no debemos dejar que la herida de Nidorino se infecte.


Caminamos hasta la tiendecita de la enfermería. Es más grande que cualquier tienda de campaña que hubiera visto antes. Es blanca con la parte superior roja, en la parte blanca se encuentra una cruz roja y en la parte roja se encuentra una pokéball blanca. Esos son los logotipos de los centros pokémon, que son centro médicos en los que se cura y revisa a los pokémon de la gente.

Entramos despacito y lo que encontramos son un montón de camas auxiliares. En algunas de ellas encuentro caras conocidas; Frillish, Shedinja e incluso el Tauros de Carlos. Aquí es dónde han ido a parar los pokémon graves. A parte de los envenenados por mi culpa, también se encuentran algunos quemados, desgarrados, etc.


De pronto, nos chocamos con una enfermera que nos mira molesta. “¿Que queréis?” Se limita a decir, ante lo que respondo sacando a Nidorino de su pokéball y señalando su oreja. “Uh, que mal aspecto tiene esta herida”, pero al ver mi cara de preocupación dice rápidamente: “pero no te preocupes, que esto con un par de puntos se arregla”.

La enfermera llamó a Blissey y Audino para que vinieran a ayudarla.


Mientras que Blissey usaba canto para dormir a Onii-San, Audino se dedicaba a usar pulso cura para detener la hemorragia. Fue entonces cuando la enfermera, aguja en mano, comenzó a coser la herida de la oreja de Onii-San.


Cuando hubo terminado, me dijo que dejara a Nidorino allí descansando y que volviera a por él al finalizar el torneo.


Tras dar las gracias a la enfermera, Diana y yo salimos de la tienda con objetivo de ir a ver los combates.


Nada más acercarnos a donde estaban nuestro amigos noté una ausencia.

-¡Vamos Vero! ¡Machácala!- Gritaba Carlos con todas sus fuerzas.


Vero estaba enfrentándose a su compañera de habitación, Isabel. El enfrentamiento estaba del lado de Vero, que había derrotado a un pokémon de Isabel.

Pero ahora no parecía irle bien. Vero luchaba usando un Charmander, contra el Roggenrola de Isabel. Mientras Charmander se acercaba velozmente hacia Roggenrola, éste usó tormenta arena, de forma que levantó polvo y arena por todo el campo. Charmander tuvo que cerrar los ojos para evitar que se le colase alguna partícula, momento que Roggenrola aprovechó para usar pedrada.

Tras el impacto de cuatro piedras, Charmander cayó al suelo y fue a parar a su pokéball inmediatamente después. Entonces, Vero liberó a su siguiente pokémon; un Vulpix. Roggenrola recargó energía en el interior de su cuerpo y la liberó de golpe por su orificio central. La joya de luz impactó directamente contra el cuerpo de Vulpix que cayó al suelo. Vero instó a Vulpix a levantarse y usar rayo confuso, pero estaba demasiado débil para hacerlo. Roggenrola se acercó a Vulpix y, usando pedrada, debilitó a Vulpix.

A Vero solo le quedaba un pokémon y empezaba a ponerse nerviosa. Su último pokémon debía ser capaz de vencer a dos pokémon, pero no estaba segura de poder hacerlo. El árbitro detuvo los pensamientos de Vero diciéndola que debía sacar su último pokémon si no quería ser descalificada. De la última pokéball de Vero salió un pequeño Darumaka. Rápidamente, Isabel ordenó a Roggenrola usar pedrada, y tras el impacto de más de cinco piedras, Darumaka quedó debilitado.


Mientras el árbitro daba la victoria a Isabel, yo miré a Vero, que ahora se encontraba sentada en el suelo, con la mirada perdida hacia dónde se había encontrado Roggenrola unos segundos antes.


Unas lágrimas comenzaron a aflorar y a deslizarse por sus mejillas.

-Continuará...-

viernes, 11 de noviembre de 2011

Capítulo 2. Comienza el cambio. (Parte 1/5)

Contemplé la escena impotente; Tauros se negaba a retirar su pezuña, mientras que Nidoran gritaba del dolor.


Junté mis manos y rogué al cielo por un milagro. Deseaba que esta tortura terminase de inmediato. Entonces, me pareció ver una débil luz en el cielo, como una estrella fugaz que se apagó rápidamente. De pronto, algo me hizo mirar de nuevo al campo de batalla.

Los comentaristas estaban estupefactos ante lo que allí estaba ocurriendo. Nidoran había comenzado a brillar. Comenzó a cambiar de tamaño, se hizo tan grande que Tauros no pudo mantener más tiempo su pezuña encima y se echó hacia atrás. Las orejas de Nidoran comenzaron a agrandarse, mejorando su audición. Su espina dorsal comenzó a marcarse y su cuerno empezó a crecer. Sus patas poco a poco adquirieron mayor grosor y fuerza, de las patas le salieron afiladas garras, hasta que al final dejó de brillar.


No podía creerlo aún, mi preciosa Nidoran había evolucionado, y para mi sorpresa, ahora era un fiero Nidorino. No podía permitirme haber confundido un ejemplar macho variocolor con una hembra, pero ahora resultaba evidente que era un macho.

Nidorino, con su nueva altura, aún no alcanzaba a Tauros, pero al menos, ahora podía defenderse con su cuerno.


Miré a Nidorino y vi como él giraba un poco la cabeza para mirarme a mí, entonces le sonreí y le grité “¡Muy bien Nidorino! ¡Vamos a ganar a ese Tauros!” Seguidamente, Nidorino alzó la cabeza y lanzó un grito de guerra, tras lo cual se lanzó al combate. Primero se dispuso a un lado de Tauros y ordenándolo usar cornada, logró derribarle. Carlos aún se encontraba estupefacto ante lo que acababa de pasar. Pero se incorporó rápidamente al combate ordenando a Tauros usar también cornada.

Tauros se aproximaba y sólo me quedaba una oportunidad, asique pedí a Nidorino que usase picotazo venenoso. Las dos cabezas chocaron y su estruendo sonó en todo el campo. Ambos empujaban con fuerza al otro, hasta que en un descuido de Nidorino, uno de los cuernos de Tauros le pasó a través de una oreja, perforándola.

Nidorino aulló y miró agresivamente a Tauros, fue en ese momento cuando la sangre de Nidorino -que resbalaba por el cuerno de Tauros- llegó hasta su cabeza provocando un envenenamiento. -Eso es lo que la mayoría de expertos llamaría punto tóxico, pero yo prefiero decir que la sangre de estos pokémon es como el veneno puro.

Tauros aún seguía levemente en pie. Fue entonces cuando reflexioné, los Nidorino también poseen la habilidad rivalidad, con lo que se vuelven más fuertes si luchan contra otros machos, y Tauros es macho. De no ser por esto, Nidorino no hubiera podido aguantar tanto peleando contra un adversario tan duro.

Carlos mandó a su Tauros un último ataque y lo arriesgó todo a una carta; giga impacto. Con una velocidad pasmosa, Tauros se acercó hasta Nidorino y sin parar le golpeó con todas sus fuerzas. Este movimiento dejó exhausto a Tauros y muy débil a Nidorino. Tauros cayó a causa del veneno, y cuando el árbitro iba a pitar un empate, Nidorino consiguió ponerse en pie y lanzar un grito de júbilo.


Había ganado mi primer torneo y ahora podría tener mi primer pokémon, estaba muy emocionado, asique corrí hacia donde estaba Nidorino, lo abracé y le dije “muchas gracias por todo, no lo hubiera conseguido sin ti. Espero que nos llevemos bien, porque tú te vienes conmigo”.


Seguidamente me acerqué a Carlos, le tendí la mano y le dije:

-Buen combate, de no ser por la evolución, hubieras ganado sin problemas.

-Muchas gracias, tú también lo has hecho bien. Me da rabia no haber ganado, pero me alegro de que al menos uno de nosotros lo haya conseguido.- Aunque se esforzaba en decir eso, se veía muy afectado y decaído.


Me acerqué hasta Diana, pero antes de que pudiera decir nada, la voz del profesor Madrazo llamándome me hizo darme la vuelta. El profesor Madrazo es la máxima autoridad en todo el planeta. Es la persona más sabia que existe, conoce cada pequeño detalle de todos los pokémon y ha hecho muchos inventos e investigaciones.

Por ejemplo, él mejoró las pokéball e inventó las pokédex, que son como libros electrónicos de bolsillo. Tienen unos sensores con los que apuntando a un pokémon te da una descripción suya.


El profesor, estaba en lo alto de una tarima, esperando paciente a que yo subiera. Al subir, me fijé un poco más en él. Era muy joven, tendría unos veintitrés años. Era alto y delgado, con un poco de perilla. Llevaba una bata blanca de científico y gafas. Me tendió la mano mientras me daba la enhorabuena por haber logrado ganar, seguidamente me pidió las tres pokéball. Se las dí y él se quedó mirándolas fijamente durante unos segundos.

Sin apartar la vista de las pokéball me preguntó “¿cuál de estos tres pokémon crees que prefiere irse contigo?” Me quedé pensando, le miré y me encogí de hombros. ¿¡Cómo iba a saber qué pokémon me prefería más si sólo llevábamos juntos dos horas!?


Madrazo me miró, resopló y dijo: “es evidente, amigo mío, que el pokémon que más desea estar contigo, es aquel que más duro ha peleado por ti y por poder ganar” me sonrió y prosiguió, “es decir, el pokémon que has evolucionado es el que más se ha esforzado.”


Me quedé mirando la pokéball que me tendió el profesor. “Adelante, cógela. Este pokémon ahora te pertenece. Debes cuidarlo, alimentarlo y hacer que se vuelva más fuerte.” Aún embobado, cogí la pokéball y una sonrisa iluminó mi cara. “Aún tengo algo para ti, Juanma” alcé mi cabeza y vi cómo de uno de sus bolsillos de la bata sacaba una pokédex, “toma, te será muy útil para capturar pokémon, entrenar los que ya tienes, poner nombres a tus pokémon y otros usos.” “¿Otros usos?” Pregunté intrigado. “Sí, con esta nueva actualización puedes jugar al buscaminas y hablar con la gente que tengas registrada.” “¡Que guay! ¡Adoro jugar al buscaminas!”


Tras esta absurda conversación, bajé de la tarima y me dirigí hacia Diana. Tras registrar su número en mi pokédex, la abracé y la dije lo mucho que la quería. Diana me recordó que tenía una sorpresa para mí y comenzó a rebuscar en su bolso. De dentro del bolso salió un huevo azulado, con un dibujo en espiral en la parte baja y una zona más amarillenta en un lateral.


-Es la cría de mi Kingdra. Había pensado en que estaría muy bien que ambos tuviéramos un pokémon en común.- Dijo mientras se ponía un poco roja.

-Muchas gracias Diana- Dije sin parar de sonreír. -Me encanta la idea.

-¿En serio?

-En serio.


Besé a Diana y la di las gracias por el huevo. Ella a cambio me dio ciertas recomendaciones; el huevo se abrirá en una semana, los primeros días debe estar en agua salada, pero siempre cerca de mí, no debo atraparlo en una pokéball hasta pasados 5 días.


Cuidar a un Horsea recién nacido me iba a dar varios quebraderos de cabeza, pero estaba dispuesto a hacerlo sólo por Diana. Además, Kingdra es un pokémon muy fuerte, y siempre he querido tener un dragón conmigo.


Ahora, los administradores declaraban un descanso de media hora para comer, y que luego seguiríamos con el torneo 2. Asimismo, también advirtieron a los participantes del grupo 1 que aún no se fueran, pues habría una sorpresa al final del torneo.

-Continuará...-

lunes, 7 de noviembre de 2011

Extra 1: Teorías evolutivas; Clasificación de los pokémon. (Parte 2/2)

Una vez que estuvieron clasificados los vertebrados, se procedió con los invertebrados, caracterizados por no poseer un esqueleto interno.

  • Los primero invertebrados son los Exoesqueléticos.
Se caracterizan por tener un exoesqueleto de quitina que les recubre el cuerpo y les sirve de apoyo.

En este grupo se encuentran los pokémon tipo bicho y otros más como Krabby, Shellder y Corphish.
Poseen órganos semejantes a los de los vertebrados, pero carentes de huesos y músculos.

Viven en todos los terrenos; aéreo, marino y terrestre, y algunos pasan por varios de ellos en su metamorfosis, como en el caso de Caterpie, que primero se encierra en su capullo; Metapod y fialmente emerge adaptado al vuelo, Butterfree.



  • Después están los Incorpóreos.
Los pokémon de este grupo no tienen ningún tipo de esqueleto, tienen una piel muy fina y sus órganos son muy primitivos.

En este grupo están los pokémon de tipo fantasma que no pueden ser tocados como Gengar y Duskull, los que pueden ser tocados; Rotom o Drifloon, y otros pokémon cuya estructura es básica, Tentacool y Frillish.

La mayoría de ellos pueden volverse invisibles alterando su "estructura" exterior, de forma que desaparecen en el aire. Esto es sólo un truco y pueden ser localizados de nuevo si se usa el movimiento profecía de algunos pokémon que permiten detectar lo oculto.



  • En el siguiente grupo encontramos las Plantas.
A diferencia del reino plantas, estos son pokémon y, por tanto, se pueden desplazar libremente.

En el resto son como las plantas, tienen nutrición fotoautótrofa y se reproducen con una polinización en la que suelen intervenir exoesqueléticos.

Todos los pobladores de este grupo son del tipo planta, pero no todos los del tipo planta son de este grupo. Esto es debido a que no todos los pokémon de tipo planta cumplen estas características, y es que Torterra, por ejemplo, posee nutrición heterótrofa y es incapaz de realizar la fotosíntesis.



  • El siguiente grupo es el de Minerales.
Caracterizado por el tipo de reproducción; asexual. Todos los integrantes de este grupo carecen de sexo, se reproducen asexualmente, ya sea por bipartición como en el caso de Beldum, o por fragmentación como Staryu y Ditto.

La gran mayoría de estos pokémon son de los tipos acero y roca, pero algunas excepciones son Staryu, Starmie y Ditto. Además de que no todos los pokémon de acero son minerales, ya que Aron, por ejemplo, es un reptil.



  • El último grupo es el de los Artificiales.
En este grupo están los pokémon creados por el ser humano. Pueden ser creados a propósito como Porygon, o en un accidente nuclear, como Trubbish y Foonguss.

Los pokémon de este grupo carecen de reproducción sexual, Todos ellos se reproducen asexualmente o no se reproducen.

En la antigüedad también existían pokémon artificiales. Crearon a Bronzong, Baltoy y Golett y años más tarde los modificaron dejándoles evolucionar.

La creación de Pokémon artificiales y obedientes no es sencilla y en muchos casos se ha demandado como antinatural por los colectivos pro-pokémon, pero lo cierto es que son una ayuda en cuanto al estudio y combate de plagas.



Esto es todo respecto a la clasificación de los pokémon.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Extra 1: Teorías evolutivas; Clasificación de los pokémon. (Parte 1/2)

La clasificación de los pokémon es un aspecto que ha interesado casi desde el principio para su estudio.
En su primer estudio, se observaron las características exteriores y agruparon en torno a este dato; los voladores por un lado, los nadadores por otro, y finalmente los terrestres.

Los medios fueron avanzando con el tiempo, se empezaron a estudiar internamente a nivel de esqueleto y órganos, y establecieron unas semejanzas que dividieron los grupos, ampliándolos a diez. En cada grupo, todos los pokémon que estaban dentro poseían las mismas cualidades, con alguna pequeña diferencia o modificación.

  • El primer grupo establecido es el de los Mamíferos.
A este grupo pertenecen todos los pokémon que, en su etapa de cría, se alimentan de la leche materna producida en las glándulas mamarias.
Quizá el caso más claro se ve en Miltank, ya que su leche es comercializada y es la que bebemos habitualmente.

Otra característica es que la mayoría de ellos son vivíparos, es decir, la madre pare a las crías, que salen de su vientre vivas sin ninguna cubierta oval.
Una excepción a esto son Chansey y Blissey, que tras expulsar el huevo con la cría, lo guardan en su marsupio, dónde se terminará de criar hasta que esté listo para salir del huevo.
Aún así, no todos los marsupiales, mamíferos con marsupio, nacen de huevos. Kangaskhan nace a los cuatro días de estar en el vientre de su madre, trepa por su abrriga y se cuela en su marsupio. Es ahí dónde mamará y crecerá hasta alcanzar una etapa en la que se independice a los cinco meses.

La última característica, menos importante quizá, es que todos los mamíferos tienen la piel cubierta de pelo, y que son capaces de controlar su temperatura corporal.



  • El siguiente grupo es el de Aves.
Todos los pokémon de este grupo nacen de huevos, sin excepciones.

Todos ellos tienen plumas y alas, más grandes o pequeñas. Y la gran mayoría puede volar, a excepción de Doduo y Dodrio, entre otros.

Sus extremidades superiores son alas y las inferiores robustas patas cubiertas de escamas en lugar de plumas. Rasgo que hace pensar que aves y reptiles tienen un antecesor común, el Archen-Archeops.

Poseen un pico sin dientes por el que entra el alimento. Dependiendo de si son herbívoros o carnívoros este pico estará más especializado en cortar las hojas o desgarrar la carne, respectivamente.

Al igual que los mamíferos, son capaces de controlar su temperatura corporal.



  • El grupo que evolucionó a la par que las aves, con un descendiente en común; Reptiles.
Tienen su piel recubierta de escamas. En la parte de la espalda son más duras para resistir bien el ataque de sus enemigos, mientras que en el vientre son más blandas, lo que lo convierte en su punto débil.

Los reptiles suelen estar en ambientes húmedos, y pasan gran parte de su tiempo dentro del agua, como ocurre con Totodile, pero otros casos más extremos los han llevado a adaptarse en medios donde el agua escasea tanto hasta el punto de no existir durante grandes extensiones de tiempo, este caso es el de Sandile, que vive en los desiertos y busca el agua que necesita para no deshidratarse excavando en la tierra a grandes profundidades, hasta llegar a los acuíferos.

Dentro del grupo de los reptiles encontramos otras clasificaciones, como los ofídios, quelónios, lagartos y saurios.

Los ofídios son los reptiles sin extremidades, cuyo desplazamiento se realiza arrastrándose. Es el caso de Ekans y Seviper.
Los quelónios son reptiles con caparazón, como Squirtle o Torkoal.

A difierencia de las aves y los mamíferos, los reptiles no pueden controlar internamente su temperatura corporal, asi que dependen del medio externo para regularla. Si necesitan aumentarla toman el sol, y si por el contrario lo que necesitan es rebajarla se esconden en la sombra o toman un baño.



  • Los siguientes son los Anfibios.
Externamente tienen muchas similitudes a los reptiles, pero se diferencian en cosas como que no tienen escamas, los huevos que ponen no tienen cubierta sólida y por tanto necesitan depositarlos en agua.
Su reproducción también se tiene que realizar en el agua y por tanto dependen de este medio para vivir.

A parte de la respiración pulmonar, también tienen cutánea, por lo que su piel debe permanecer siempre húmeda.

En su primera etapa son larvas, Tympole, con respiración branquial y sin extremidades y luego según crecen se da la metamorfósis, evolucionan a Palpitoad, que ya posee extremidades inferiores y pulmones y por último pasan a ser Seismitoad, con cuatro extremidades, sin branquias ni cola y con respiración pulmonar y cutánea.



  • Los Peces.
Los peces tienen una dependencia directísima del agua, pues no pueden vivir fuera de ella.

Sus extremidades están adaptadas al nado, se llaman aletas, y no sirven de nada fuera del agua, ya que sería incapaz de moverse.

Ponen huevos sin fertilizar directamente, y entonces el macho los fertiliza en el agua, en una fertilización externa.

Tienen la piel recubierta de escamas y dos branquias a ambos lados de la cabeza, por dónde se produce el intercambio de gases con el agua.
Es decir, entra agua con oxígeno por la boca, y al llegar a las branquias, el oxígeno es recogido y el dióxido de carbaono expulsado. Este agua con CO2 es expulsada por el "hueco" de las branquias; opérculo.